


The Mediterranean diet is rich in fruits, vegetables, nuts, legumes, unrefined grains, olive oil, and fish, with a moderate amount of alcohol intake and low intake of dairy products, meat, and poultry. Oxidative stress and inflammation speed up telomere shortening. Obesity, cigarette smoking, and other lifestyle factors have been linked to shorter telomere length. Shorter telomeres are associated with shorter life expectancy and greater risk for age-related diseases.

Telomeres are repetitive DNA sequences at the ends of chromosomes that progressively shorten with age. The study was published December 2 in the British Medical Journal. Following a diet closer to the Mediterranean diet can prevent accelerated telomere shortening,” she said. “Our results further support the health benefits of adherence to the Mediterranean diet and provide some insight into the underlying physiologic mechanism behind this association. “The health benefits of greater adherence to the Mediterranean diet - reduction of overall mortality, increased longevity and reduced incidence of chronic diseases, especially major cardiovascular diseases - have been consistently demonstrated,” Immaculata De Vivo, MPH, PhD, Brigham and Women’s Hospital and Harvard Medical School, Boston, Massachusetts, told Medscape Medical News. In the Nurses’ Health Study, greater adherence to the Mediterranean diet was associated with greater telomere length, a biomarker of aging. “Podemos decir que una dieta bien equilibrada como la dieta mediterránea es saludable, pero se necesitan más ensayos clínicos para poder transmitir un mensaje más específico sobre sus beneficios”, ha reconocido Victor Henderson, neurólogo de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) que no participó en el estudio.Ī new analysis suggests yet another potential health benefit of the Mediterranean diet. Una limitación que también tenían los trabajos que relacionaron la dieta mediterránea con un menor riesgo de Alzheimer, cáncer o enfermedad cardiovascular. Los autores, no obstante, reconocen que una de las limitaciones del estudio es que no se puede demostrar si esta dieta es realmente la causa de una menor atrofia cerebral asociada al envejecimiento. “En mayores cognitivamente sanos, hemos sido capaces de detectar una asociación entre una mayor adherencia a una dieta mediterránea y mejores medidas de sus cerebros”, ha destacado Yian Gu, autor de la investigación. Y comer menos carne también se asoció a un mayor tamaño del cerebro.Īdemás, la diferencia del volumen cerebral entre las personas que siguieron una dieta mediterránea y los que no se mantuvo durante cinco años de envejecimiento. Para ello, incluyeron en su investigación a un total de 674 personas mayores a los que realizaron una encuesta para analizar sus hábitos alimenticios y posteriormente se les realizó una resonancia magnética para obtener imágenes de su cerebro.Įn comparación con las personas que no siguen regularmente muchos de los parámetros que caracterizan a la dieta mediterránea, los participantes que sí optaban por esta pauta alimenticia tenían un mayor volumen cerebral, así como más materia gris y blanca.Īnalizando aspectos concretos de la dieta, vieron como un mayor consumo de pescado y un menor consumo de carne se relacionó a un mayor volumen de materia gris. Investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York, Estados Unidos, aseguran que la dieta mediterránea, rica en verduras, frutas, legumbres y pescado, favorece un envejecimiento cerebral más saludable y una menor pérdida de neuronas, según los resultados de un estudio publicado en la revista Neurology.Įstudios previos habían asociado esta alimentación con un menor riesgo de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas pero, en este caso, se centraron en personas de edad avanzada que presentaban una función cognitiva normal.
